domingo, 6 de octubre de 2013

Por qué he empezado esto

A veces la vida nos juega unas farsas que nos quedamos atónitos ante lo que nos pasa por delante sin poder reaccionar.
Ese es mi caso, aunque a mi me suele pasar con demasiada frecuencia eso de no saber que hacer, si bien lo que me ocurre no son desastres naturales ni son cosas de vida o muerte, sin embargo puedo decir que son cosas que me afectan mucho y que a pesar de mi edad me hacen sentir como una niña pequeña o como una adolescente tonta que ha estado demasiado tiempo con la cabeza en las nubes y cuando se ha dado cuenta de lo que está ocurriendo la caída de esa nube algodonada ha sido demasiado dolorosa. Lo peor de todo es que a pesar del dolor de la caída he vuelto a caer tantas veces, y he vuelto a subir a esa nube mía en la que tan cómoda estoy, que no se si es que me falta algún tornillo o es que estoy tan acostumbrada a las caídas que al final ya no me importa el dolor que eso implica.
Tal vez esto en vez de blog debería llamarlo diario privado o algo por estilo, tal vez los que quieran leer esto deberían ser avisados con antelación de que lo que van a leer en realidad no es interesante sino sólo unos lamentos sin sentido de alguien que todavía no ha aprendido la lección o de alguien que se niega a aprenderla, pues sabe lo que eso implica y le da miedo.
Son lamentos del corazón que no quiero compartir con las personas que me conocen pues la mitad de ellos no saben nada y quiero que sigan sin saberlo, y la otra mitad que si lo saben hace tiempo me aconsejaron dejar estos sentimientos y siempre que quiero hablar con ellos sobre eso lo único que hacen es hablar mal sobre una persona a la cual ni conocen, y no me gusta.
Puede resultar extraño, tal vez, que me guste alguien que me hace sentir mal por no compartir mis sentimientos a pesar de saberlo y después de todos, no querer que hablen mal sobre su persona. Pero no, no me gusta que hablen mal sobre él, sinembargo con esto me quedo sin opciones para hablar por lo cual hoy se me ocurrió que tal vez escribirlo en un blog al cual ninguno de ellos no puede llegar sería la mejor opción.
 La imposibilidad de hablar con alguien, y el no tener con quien quejarme a pesar de que las palabras están por salirse, y si lo hacen haría un hueco en la pared por todo lo que me he aguantado, y que hubiera podido decir, que el escribirlas podría minimizar los daños y la pared seguir intacta hasta el final.
Llevo unos minutos escribiendo y todavía no he llegado a decir nada importante ya lo se, de algún modo supongo que los que han aguantado leer hasta aquí son unos valientes o realmente están interesados en mis problemas o tienen problemas parecidos así que lo único que puedo decir es gracias por leer y ánimo, pues todos lo que sufrimos por alguien en este momento nos merecemos un abrazo y que nos digan, ya pasará, todo estará mejor o tal vez pase algún milagro y encuentres a otra persona...
Lo que he aprendido hasta ahora es que la vida sigue su curso estando o no nosotros preparados para seguirla en su remolino mareante. No nos queda otra que seguir adelante a pesar de ser incapaces de sonreír, por lo cual si veis a alguien que lleva un semblante triste o sus sonrisas son tan escasas que cuando lo hacen parece que el cielo se ha iluminado y va a salir el sol a pesar de la tormenta, intentad hacer que esa sonrisa florezca, esa persona os estará siempre agradecida, y tal vez vuestra propia sonrisa brotará como un lirio en medio del desierto

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