domingo, 28 de diciembre de 2014

¿Eras tu? 1

Ya que no puedo decírselo a la persona que quiero en persona he pensado que lo único que me queda es expresarme a mi manera y he escrito otro cuento

¿Eras tu?



Un gato solitario estaba escarbando en la basura de un bar buscando comida. Tenía mucha hambre pues llevaba varios días sin encontrar ningún roedor, al único que encontró fue a una rata que le doblaba el tamaño y que a todas luces estaba mejor alimentada que muestro minino, que dígase de paso era más bien flacucho, que le hizo daño en una pata y desde entonces le costaba correr detrás de la comida.
Sentía el olor de algo bueno pero no alcanzaba a dar con ello entre tanto plástico y otros olores.
Desgraciadamente para él un trabajador del bar lo vio y lo ahuyentó antes de poder agarrar el trozo de pescado podrido que justamente había alcanzado.
Humanos... no se podía confiar en ellos, era algo que había aprendido con el tiempo. Antes, de pequeño había tenido una familia pero fue un regalo de navidad. Sólo duró unos días y al descubrir que el pequeño tenía alergia al pelo de gato le buscaron otro hogar, pero en este hogar lo trataron tan mal que cuando decidieron abandonarlo en medio de la nada hasta resultó ser un alivio.
Siguiendo su olfato volvió a acercarse a los asentamientos humanos, pero a un gato sin dueño nadie lo quiere, fue algo que descubrió a base de palos. Se encontró a buenos humanos que a veces le daban algo de comida pero también a los humanos que lo ahuyentaban o intentaban hacerle daño.
Una vez se encontró a unos chavales que empezaron a perseguirlo y a tirarle piedras y ramas de árbol, tuvo suerte y escapó metiéndose en el río aunque odiaba el agua y estuvo a punto de ahogarse. Desde entonces evitaba a los humanos pues nunca sabía que tipo de humano era el que se le acercaba y era mejor ser precavido.
Otra noche sin comida sabía que lo debilitaría más así que decidió seguir buscando, o tal vez esperar a que el trabajador del bar se vaya sería también una opción, pues ya tenía la comida detectada, era cuestión de esperar el momento adecuado para actuar.
Se agazapó en su rincón y empezó a observar, cuando vio que ya no había peligro decidió acercarse sigilosamente al contenedor, pero un ruido lo alertó, volteó la cabeza y fue entonces la primera vez que lo vio, con su sonrisa y su mirada triste, un humano que le estaba ofreciendo comida, su mirada le decía que confiara pero tenía miedo, no quería acercarse pero estaba hambriento así que decidió arriesgarse y se acercó despacio, cogió el trozo de carne que le ofrecía y mientras vigilaba que el humano no se le acercara empezó a comer. Realmente estaba hambriento así que de unos bocados acabó la comida, mientras el humano de ojos tristes lo observaba.
Cuando acabó el humano extendió su mano hacia el gato pero este dio un brinco hacia atrás y se fue.
Llevaba demasiado tiempo sin que un humano lo acariciase por lo cual no podía permitir que eso cambiara, seguía sin confiar en los humanos, aunque la mirada de este le decía que todo estará bien y que no había nada de que preocuparse.
El siguiente día el humano volvió y esta vez con más comida y algo más. Otra vez comió mientras el humano pidió permiso para acariciarlo cosa que le hizo gracia y que a la vez le hizo tener miedo pues tanto tiempo sin sentir la caricia de un humano le hacía sentir  dudas, pero este humano parecía ser bueno por lo cual se lo permitió y descubrió que realmente disfrutaba con eso y que quería más. Llevaba tanto tiempo sin sentir ese contacto que se había olvidado de lo bien que se sentía por lo cual no tardó mucho y empezó a ronronear, cosa que le dio más confianza al humano que cogió su patita herida e infectada y empezó a tratarla, el gatito se asustó pero la voz tranquilizadora del humano lo hizo aceptar la ayuda.
Los días pasaban y se había convertido en un habito que el humano le trajera comida, incluso  le puso un nombre al gato, Leto, diosa de la noche pues su pelaje era gris oscuro y además solían verse siempre de noche. El gato en cambio descubrió que disfrutaba con el cariño del humano, la comida no le importaba tanto pues ahora con la patita buena ya podía cazar por si misma, pero la compañía y el tener a alguien quién se preocupa por ella y que le daba cariño era algo que nunca había tenido y empezó a atesorarlo como la cosa más importante que tenía.
Pero poco a poco el humano dejó de venir y eso preocupó a nuestro gato, tal vez le pasó algo, así que guiado por su olfato buscó donde vivía su humano, pues tal vez éste estaba mal y sabía que su cercanía lo tranquilizaba.
No tardó mucho y lo encontró, parecía estar bien pero vio que tenía a otro gato, al cual acariciaba y eso lo hizo tener dudas con respecto al humano, pero tal vez era el gato del vecino que lo había visitado pues sabía que su humano era bueno y amable y no tenía por que no acariciar a otro gato, así que decidió acercarse a este pero la mirada decepcionada de este no le gustó y salió corriendo.
Este creyó que el gato lo buscó por que quería vivir con él y eso todavía no podía ser, cuando en realidad el gato estaba feliz con saber que alguien estaba allí para él y se preocupaba si estaba bien y además le daba el cariño que tanto ansiaba.
Leto espero que su humano volviera, que no se haya enfadado con ella pero en vano esperaba pues este no volvía. Empezó a buscar comida otra vez pero siempre que comía recordaba con tristeza las veces que el humano le traía comida y luego le acariciaba el pelaje.
Pensó que aunque nunca se imaginó vivir junto a su humano si que había querido que algún día este se acercase más y tal vez lo llevara a casa de vez en cuando, aunque no llegara a entrar en casa, no era necesario tener un techo mientras lo tenía cerca pues a eso ya estaba acostumbrado.
Extrañaba al humano pero lo había decepcionado y ya no podía hacer nada.
Una noche soñó que estaba junto a su humano y que le podía hablar y abrir su corazón y éste le entendía.
Se acercó tímidamente a él lo miró y e dijo.
-Mi humano, cuanto te he extrañado, por fin puedes entenderme, por fin puedes oír mi corazón. Te has equivocado, no quería vivir contigo, no extraño tu comida sino a alguien que se preocupe por mi cada día, alguien que sepa darme cariño y tus caricias, tu mirada triste que quiero poder alegrar y tu sonrisa. He pasado tanto tiempo sola que al final había perdido la fe en los humanos, y luego apareciste tu, sé que soy un gato callejero, que tal vez no sea apta para vivir en tu casa, pero no pido eso, solo quiero que vuelvas a darme cu cariño.
Soy un gato y mi naturaleza es muy orgullosa así que esto te lo diré sólo una vez y luego lo olvidaré. Te quiero, te quiero en mi vida, pero me gustaría que también me quieras en tu vida, nunca te obligaría hacer algo que no quieras, si quieres que me vaya me iré, si quieres que me quedes me quedaré.
Es triste por que pensé que eras tu mi humano, el que por fin se preocuparía por mi. Pensé que eras tu el que me devolvería la confianza en los humanos.
Pero, realmente ¿eras tu?

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